QUIENES SOMOS?

H.I.J.O.S. (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) es una agrupacion creada en 1.995, a partir de la necesidad de juntarnos, reconociendonos en las historias comúnes, reivindicar la lucha de nuestros padres y sus compañeros, buscar a nuestros hermanos apropiados, luchar contra la impunidad. A más de 15 años seguimos luchando por la cárcel común, perpetua y efectiva para todos los genocidas de la última dictadura militar, sus cómplices, instigadores y beneficiarios.

domingo, 28 de febrero de 2010

RESUMEN 2da SEMANA JUICIO A LOS GENOCIDAS

TESTIMONIOS DÍA MIÉRCOLES 24:
Silvia Frías de Díaz, relató el secuestro de su esposo, el odontólogo Hugo Díaz, ocurrido en junio de 1976. “Mi esposo fue sacado de mi casa y de mi cama. Lo último que gritó fue: ‘chau flaca’”, rememoró. Contó que “luego comenzó la larga e infructuosa búsqueda para saber adonde se lo llevaron a mi marido”. Logró hablar hasta con Mario Albino Zimmerman, quién le preguntó si estaba segura que “'su marido no está con otra mina en el caribe'. Yo estaba embarazada de cuatro meses”. Nunca más volvió a saber nada de él.

Coronel Alberto Cerúsico, quién ya había sido citado como testigo en el juicio por la desaparición del ex senador provincial, Guillermo Vargas Aignasse. Durante la dictadura, Cerúsico era jefe militar de la Casa de Gobierno, con tareas administrativas de mantenimiento. Admitió que Frías le pidió ayuda por su esposo, aunque no recordó exactamente qué habló ni qué le informó. “Mi acceso a la información era muy difícil porque mi grado entonces era bajo, era capitán, y las áreas eran compartimentadas, más en Inteligencia. Le dije que debía prepararse para criar sola a su hija, pero no sabía nada de su marido”, declaró. Cerúsico señaló que en Tucumán había operaciones militares, pero negó que se haya alcanzado el estatus de guerra.

Comisario Chuchuy Linares: El testigo Miguel Angel Chuchuy Linares, ex agente del Departamento de Informaciones Policiales durante la última dictadura, confirmó que funcionó un área secreta en el predio de la ex Jefatura de Policía durante los años ‘76 y ‘77, aunque aseguró no saber qué es lo pasaba allí. “Había un área, en el ala sur de la Jefatura, ubicada en Santa Fe y Junín, al que no tenía acceso la Policía y estaba ocupada por los militares. Había un cartel que decía prohibido pasar y no se podía ver nada”, dijo en la quinta jornada del debate.

Carlos Gallardo fue secuestrado dos veces. En 1975, estuvo prisionero en la Escuelita de Famaillá durante 12 días. Luego, a fines de diciembre del siguiente año, una patota lo interceptó en la calle y fue trasladado a la Jefatura de Policía, donde permaneció más de tres meses. Allí fue torturado en reiteradas ocasiones, mantenido maniatado y vendado en una celda mínima, comiendo sólo una vez al día, sin ser nunca juzgado por ningún tribunal.El 27 de diciembre de 1976, fue secuestrado por una patota y llevado a la Jefatura de Policía. Permaneció desde ese día hasta el 30 de marzo de 1977 en ese Centro Clandestino de Detención.“Desde que fui secuestrado, estuve tirado en el piso, esposado, golpeado. Me interrogaron con picana eléctrica en los brazos, en los testículos, me hicieron el submarino en inodoros con excrementos humanos, me colgaron de una pierna del techo. Me preguntaban por tres personas: un tal Fitipaldi, que no se quién es. Juan Masaguer y por Gerardo Vallejos, tucumano cineasta”, contó. Gallardo finalizó su relato indicando que “el ánimo de venganza nunca formó parte de mi patrimonio personal. No se odiar a nadie; estas cosas deben servir a los argentinos para que nos reconciliemos pero con justicia”.

Raúl Elías, vio a Luis Armando de Cándido, sentado en el banquillo de los acusados y revivió el momento en que, mientras era torturado en la ex Jefatura de Policía, este se sacó la capucha y dejó ver su rostro. Agregó que lo recordaba bien, porque era una de las personas que lo habían secuestrado el 6 de junio de 1976 y porque años después, ya en tiempos democráticos, continuó hostigándolo cada vez que se cruzaban. El momento en que el testigo señaló al imputado marcó el clímax de la jornada en el juicio por el funcionamiento del Centro Clandestino de Detención la Jefatura. Relató que sufrió torturas en reiteradas ocasiones durante su detención, hasta el 9 de octubre de 1976. "Es la persona que me secuestró y me torturó. No tengo miedo a un posible careo. Durante muchos años, fue la única persona que donde me veía me hostigaba y trataba de intimidarme", dijo.

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Una ley operativa es necesaria

Por María Julia Albarracín

En el avance de las causas por delitos de Lesa Humanidad cometidos durante la última dictadura militar persiste la necesidad de garantizar la protección de testigos, querellantes, abogados y militantes de organizaciones sociales. En este camino desaparecieron Julio López, hecho aberrante que tuvo la clara intención de amedrentarnos. Esto adquirió la atención de la clase política, que recurre al intento de adaptar la "Ley Nacional 25.764", denominada "Programa de Protección a testigos e imputados", creada para garantizar la seguridad de testigos de delitos vinculados al crimen organizado y al narcotráfico. Esta es la ley que se viene aplicando a personas que guardan en sus testimonios historias de lucha por reconstruir la memoria de todos los argentinos, quienes no tienen intención de ocultarse ante las amenazas, son víctimas pero no han sucumbido.

Tucumán, sancionó en 2.006 la ley 7.860, que crea el "Departamento de Protección de Testigos" en el ámbito del Poder Ejecutivo. Es una norma general que está a la espera de ser reglamentada por el Gobernador y de una partida presupuestaria que la ponga en marcha.

El panorama es complejo y la ley no ha sido el marco para resolver situacions de amenazas enTucumán, sin embargo la ausencia legal no nos ha detenido en la marcha de este juicio que se avecina, lo que es una gran ,muestra de fortaleza, de esperanza y el resultado de la perseverancia en la búsqueda por la verdad, el juicio y el castigo.



JUICIO Y CASTIGO

Contamos con un area de Legales, Investigacion y Comunicacion que se avoca exclusivamente al trabajo de enjuiciar a los represores. Investigamos para construir la verdad historia y aportar pruebas judiciales que nos permitan condenar a los imputados de los delitos de lesa humanidad en nuestra provincia. En este trabajo confluyen dos lineamientos generales de la organización: la reconstrucción histórica y el juicio y castigo. Entendemos que estos comlejos procesos judiciales deben ser acompañados de una fuente política de comunicación, para lo cual trabajamos elaborando distintos productos y propuestas. Si querés contactarte con nosotros para aportar información o realizar alguna consulta vinculada con estos trabajos escribinos a: hijostucuman@yahoo.com