Aztiz declaró el jueves durante 78 minutos ante el tribunal que lo juzga por delitos de lesa humanidad en la ESMA. No negó los crímenes que le imputan. No mostró arrepentimiento. No pidió perdón. Admitió los hechos a su manera. Con discursos de Perón sobre la necesidad de "exterminar terroristas". Con los decretos de aniquilamiento de Luder, Cafiero y Ruckauf. Con un supuesto "apoyo de la sociedad, reflejado en el periodismo de la época". Dijo que existe "un ataque organizado y sistemático al grupo de personas que combatió al terrorismo" y advirtió que "los responsables e implicados en esta persecución deberán responder en el futuro", frase significativa para quién se ufano de ser "el hombre mejor preparado para matar políticos o periodistas". El cierre fue digno de un canalla: "Si realmente quieren saber qué pasó", advirtió en una sala repleta de padres e hijos de desaparecidos que esperan hace 30 años una confesión sobre el destino final de sus seres queridos, "deberían juzgarnos como legalmente corresponde, por nuestros jueces naturales, es decir la justicia militar".
por los 30.000 compañeros detenidos desaparecidos
NI OLVIDO NI PERDÓN
JUICIO Y CASTIGO A LOS GENOCIDAS Y SUS CÓMPLICES
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