Mucho tiempo hace que los Organismos de Derechos Humanos y los familiares venimos construyendo como un
rompecabezas lo que fue el Genocidio en nuestro país, y más específicamente en nuestra provincia. Gracias al
invaluable memoria de los
sobrevivientes es que pudimos conocer y
comprender por retazos la dimensión del plan sistemático.
Pero todo ese
rompecabezas iniciado por los Organismos y continuado desde hace algún tiempo por la Justicia ahora toma una dimensión largamente esperada. Ya no por boca de las víctimas, o a través de las heridas de los
sobrevivientes, o desde el dolor de los familiares, o desde el compromiso de los luchadores por la verdad, ahora la prueba del horror sale de las mismas entrañas burocráticas del aparato
genocida.
En estos días fueron entregados por un testigo, en el marco del Juicio oral y público por el
CCDyT "Jefatura de Policía", 2 sendas carpetas conteniendo papeles que fueron sustraídos del Departamento de Inteligencia de la Policía de
Tucumán durante la dictadura militar a fines de 1977.
Estos documentos dan cuenta de listas de desaparecidos, nóminas de
cadáveres, informes de inteligencia, declaraciones bajo tortura,
comunicación formal entre la
patota, entrega de
cadáveres, informes de empresas azucareras sobre sus empleados, informes de la
UNT sobre sus docentes y estudiantes, informes sobre la vigilancia de personas, informes sobre los ingresos mensuales de familias enteras, boletos de compra-venta de inmuebles, informes que dan cuenta de la comunidad de inteligencia compuesta por las fuerzas conjuntas, pero antes que nada, este
valiosísimo e histórico material, presenta así reunido, una prueba contundente y una muestra acabada de cómo funcionó el aparato
genocida en
Tucumán, demuestra lo que durante años venimos denunciando, que los
genocidas tenían un plan sistemático de exterminio contra una parte sustancial de la población argentina, es decir cometieron GENOCIDIO. A
través de seguimientos, de informes, y de estudiado "análisis"
decidían a quienes "levantar" (
sic), como se desprende de uno de los
documentos aportados.
Durante años mucha gente tuvo que soportar el perverso discurso de "los desaparecidos están en Europa", durante años muchas mujeres fueron humilladas por canallas
afirmaciones de que sus maridos las
habían abandonado por otras. Cuánta perversión se tuvo que soportar!
Aún hoy la Gaceta mientras llama
ex gobernador al
genocida Bussi se refiere a "supuestos detenidos" al hacer referencia a las nóminas de
secuestrados ahora descubiertas y por ellos publicadas.
La pruebas siempre estuvieron ahí, en miles de familias destrozadas, en un país
desbastado, en un tejido social destruido, en un
individualismo agigantado...pero si necesitaban alguna más...ahora la tienen, escritas a máquina, llevan
firmas y sellos; ni más ni menos que la
burocratización del horror.